jueves, 16 de diciembre de 2010




No tengo ganas de leer.

Quizá si de escribir...
de jugar a ser Dios,
Donde exista algún final feliz, para todos (y elegido por mi)

¿Pero que sentido tendría vivir la vida perfect?


¡Rayos!, terminé escribiendo, y por lo tanto, leyendo.

Y no tengo ganas de leer.




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