No tengo ganas de leer.
Quizá si de escribir...
de jugar a ser Dios,
Donde exista algún final feliz, para todos (y elegido por mi)
¿Pero que sentido tendría vivir la vida perfect?
¡Rayos!, terminé escribiendo, y por lo tanto, leyendo.
Y no tengo ganas de leer.
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