jueves, 30 de mayo de 2013

Guia para Escanear de Lomography

Al fin una guía con todos los pasos para poder digitalizar en casa, manipular las imagenes, sacar lo mejor de ellas, e incluso para encontrar aquellas fotos escondidas que nunca salieron en papel!

La digitalización de negativos debería considerarse casi un arte, por lo complicada que es jajajaja. Pero al fin Lomo decide sacar una guía para poder realizar todo esto de manera mas sencilla!
Desconozco si el sitio está en español aún, por lo tanto necesitaras un poco del dominio del idioma (para los hispanohablantes) o simplemente el traductor de google (o el complemento para google chrome).
La guia parte desde lo mas al principio posible, que es: Por qué escanear?, al final te muestra un monton de razones, las cuales terminan convenciendote mas aún.
Continúa viendo las características que necesitas para elegir el mejor escaner, así puedes ver lo que puedes pedir en tu multitienda mas cercana (así no te pasan ojo por liebre).
Luego sigue hablando sobre las máscaras para escaners, y por si fuera poco esto, te muestra otra de las maravillas de lomógraphy que es el DigitaLIZA, una herramienta (en parte plástica muy de lomo), que consiste en un “sostenedor de negativos” y de esta manera puedes digitalizarlos mas eficientemente (junto con saber que puedes digitalizar 35mm, 120mm, diapos, y tus fotos de la spinner 360° con los sprockets , etc.).
Espera, aún hay mas! También lomography muestra como lo Digital nos ayuda con lo análogo, con el Lomography Smartphone Film Scanner! Una maravilla para digitalizar rápidamente, y de una buena calidad.
Luego continúa mostrandonos los mejores tipsters, para digitalizar tus negativos X-Pro y Lo-Fi, y así no nos perdamos con tantas maneras para escanear.
La guía consiste basicamente en eso, y bueno, basta de lo que te pueda decir, entra en ella y haz el recorrido por ti mismo.
…y puedes empezar justo aquí: 
http://www.how-to-scan.com/

lunes, 13 de mayo de 2013








Caminé por el pequeño puente que me llevaba al inmenzo lago. Solo, así mismo nací.
La vida había sido tan injusta conmigo, y ahora los años ejercían un peso enorme sobre mi.
Me costaba levantar las piernas, los brazos...tiraba de mi piel hacia abajo, que pedía a gritos ayuda para no caer.
Cada pisada que daba era lenta, y cada vez mas ligera.
La madera crujía agradablemente, y el sonido del agua era suave y dulce.
El viento paso por el poco pelo de mi cabeza y un frescor invadió mi cuerpo.
Miré para atrás y ahi estabas tú, como siempre, con esa sonrisa tan tierna y tan linda que todo el tiempo amé.
La vida habia sido amarga para ambos, pero desde que nos conocimos que se había vuelto dulce.
Y mucho dulce te puede dar diabetes.
A veces teníamos tanta energía que hacíamos cortocircuito. Ahí había que volver a recargarnos, cosa que nos costaba nada.
Caminabas lentito, y siempre esperabas que volviera por ti...ya sabes que me encanta adelantarme para ver si el camino está bien, tengo que asegurarme que tus piecitos no tengan nada con que tropezar.
Me devolví para tomar tu mano. Sonreiste, y me dijiste que amastes la vez en que tomé una foto de aquello.

El puentecito no era tan largo la verdad, era utilizado comunmente para pescar, y en verano los niños disfrutaban tirandose chapuzones en el lago. No cabían mas de cuatro personas caminando, por lo tanto había que pasar con cuidado.

Tomé tu manito, que ya parecía una piel extra. Llena de pequitas y unas resaltadas venas azulosas. La besé y sentí tus huesos. No creía como habia pasado el tiempo.

A medida que avanzabamos caminabamos mas seguros y mas erguidos. Tu pelo comenzo a teñirse de negro, y el mío, comenzó a crecer.

Ya podía levantar mas los pies, y tu ya podias trotar. Preferí seguir caminando normal, no tan rápido...ya sabes, tu rodilla.

Mis huesos faciales y expresiones comenzaron a ablandarse. No me habia dado cuenta en el momento en que nuestras ropas cambiaron.

Ahora llevabas un hermoso vestido blanco, en el cual tu mamá habia bordado los detalles, y yo, llevaba una humita por sobre la camisa. Cayó del cielo un ramo, como si alguien lo hubiera tirado de vuelta. Era hermoso, lleno de dedales de oro.

Seguimos caminando juntos por el puente, y una mochila cayó a mis pies. Dentro estaba ese bolsito tuyo, ese de cuero que todo el mundo amaba, y que a mi especialmente me encantaba. Lo compraste en Valdivia, recuerdas?

Lo que sucedió ahora no me gustó.

Algo estaba mal, tus dedos y los mios se sellaron, se pegaron, no podiamos entrecruzarlos.
Ahora no podia tomarte tu mano, una bola de aire al parecer las separabas.

La bola se hizo mas y mas grande y nos separaba. Ahora no podía acercarme a ti.

Rompiste a llorar (sin dejar de caminar), y delante tuyo de a poco empezo a acumularse mucho polvo, y una persona comenzó a formarse.

Seguias caminando y una muleta apareció en tu brazo, y poco a poco una rodillera se ponia en tu pierna.

Me paré en seco. No era el tiempo correcto. Comenzabas a nublarte de mi vista y yo de la tuya.

Grité y grité, y ahora habia polvo en frente mío, también una persona comenzaba a formarse.

Sabía lo que significaba, y asi no tenian que ser las cosas.

Grité con fuerza, pero no escuchabas, asi que hice lo que mejor sabía hacer. Comencé a mandarte mensajes mentales. No bastó mucho para que me miraras y supieras que estaba pasando..
Con todas nuestras fuerzas, comenzamos a caminar de vuelta, ya eramos jovenes.

Poco a poco ahora nos podiamos acercar, y en un momento nuestras caras se acercaron, y estabamos pegados en un beso.

Cerré mis ojos, y en vez de ver negro, vi una pantalla gigante delante de nosotros. Estabamos cómodamente sentados y tenia tu boca junto a la mía.
Abrí mis ojos y seguiamos en el puente, ya teniamos las manos entrelazadas, 
y ahí quería quedarme.

Te preopuse que saltaramos al lago y no dudaste en acompañar mi locura.
Saltamos y nos empapamos.
Al salir del agua vimos como por al lado pasaba una balsa con dos ancianos cuerpos.
Iban descansando y tomados de la mano.

En esta época quería quedarme.

Vimos en la playa a nuestros hijos y nuestros nietos, como se despedían de nosotros.

Y tu y yo, les sonreimos sin saber quienes eran. No nos veian, y ahí supimos que teniamos que dedicarnos a seguir siendo felices.

-Para siempre.- Me dijiste. 
Te besé tiernamente, y tomando de tu manito, nos fuimos nadando.